sábado, 20 de septiembre de 2014

Imperfecta Magnificencia

Ayer en una de esas conversaciones espontáneas, con quién menos uno se imagina, y por le medio menos indicado para conversar, un buen amigo me dijo, "pero así es, el ser humano saber cuando algo no le conviene, y aún así sigue ahí insistiendo".

No dude en contestarle, que es la necesidad de sentirse vivo, se es consiente de que hay cosas que hay que dejar ir y aún así esa voz interior, te recuerda cada sentimiento vivido, raro sería que uno no sintiera nada, o que no pudiéramos recordar, eso tiene un nombre sino me equivoco demencia.

Más interesante eso de "Dios sabe porque pasan las cosas", bahhh quien entiende eso cuando se está en crisis, quien define ese espacio para considerar lo que es apropiado?, no importa cuántos consejos reciba, como diría mi mamá "nadie escarmienta por cabeza ajena", y si, se debe experimentar como primer paso para construir nuestros propios conceptos, porque algo si es definitivo y que uno no debe disculparse por lo que siente o no siente, de esa manera se traiciona a uno mismo.

Y es que en que momento pierde uno el miedo a equivocarse? y es que a veces no sabe uno que es peor, si "meter los pies", o tener una vida reducida a un cúmulo de deberes y promesas vacías?.
Alertas? cuando se siente que se está aislando del mundo, cuando el pasado manipula el presente, pero cuando se cae en eso que dice mi amigo de posible masoquismo, pucha ahí si esta jodido.  Una delgada línea difícil de no cruzar, y es que los errores no se cierran las puertas de la felicidad, más bien se abren de par en par, si eso si cabe aquí, de que cuando una puerta se cierra blablablabla.
A mi parecer es mas sabio dar un paso al lado y de pronto resbalarse que mantenerse intacto, y si ni modo duele resbalarse, caerse, rasparse, que todos te vean, pero es parte de, de sanar, madurar emocionalmente, perdonando y perdonándose a si mismo por los errores cometidos.
Dejar ir, dejar ser.